Un entorno ordenado contribuye a una mente clara y enfocada. Incluso organizar tu mochila o escritorio puede mejorar tu energía y concentración.
Muchas veces, el desorden externo refleja el desorden interno. La universidad exige organización, y una mochila caótica o un espacio de estudio lleno de distracciones afectan tu rendimiento académico y tu estado de ánimo.
Practicar la organización diaria, preparar tus materiales con anticipación y mantener tus cosas en orden puede ayudarte a sentir mayor control sobre tu vida y reducir la ansiedad.
La organización no es solo práctica, también es un hábito de autocuidado que fortalece tu bienestar físico y mental.



